Los imanes son materiales que producen campos magnéticos que atraen metales específicos y es que cada imán tiene un polo norte y uno sur. Una sabia decisión es comprar imanes para estar al día o como recuerdo.
Comprar imanes de recuerdo nunca falla
Los polos opuestos se atraen, mientras que los polos iguales se repelen. Si bien, la mayoría de los imanes que se pueden comprar están hechos de metales y aleaciones metálicas, los científicos han ideado maneras de crear imanes a partir de materiales compuestos, como polímeros magnéticos y estos sirven para diversas industrias, incluida el turismo.
Pero, ¿Qué crea el magnetismo?
El magnetismo en los metales se crea por la distribución desigual de los electrones en los átomos de ciertos elementos metálicos.
La rotación y el movimiento irregular causados por esta distribución desigual de electrones desplazan la carga dentro y atrás del átomo, creando dipolos magnéticos. Cuando los dipolos magnéticos se alinean crean un dominio magnético, un área magnética localizada que tiene un polo norte y un polo sur.
En materiales no magnetizados, los dominios magnéticos se enfrentan en direcciones diferentes, cancelando el uno al otro, mientras que en los materiales magnetizados, la mayoría de estos dominios están alineados, apuntando en la misma dirección, lo que crea un campo magnético.
Aprende de los diferentes tipos de imanes antes de comprar:
Los imanes permanentes (también conocidos como imanes duros) son los que producen constantemente un campo magnético.
Este campo magnético es causado por ferromagnetismo y es la forma más fuerte de magnetismo. Los imanes temporales (también conocidos como imanes blandos) son magnéticos solo cuando están en presencia de un campo magnético.
Los electroimanes requieren que una corriente eléctrica atraviese sus cables de la bobina para producir un campo magnético.
El desarrollo de los imanes
Los escritores griegos, indios y chinos documentaron el conocimiento básico sobre el magnetismo hace más de 2000 años. La mayor parte de este entendimiento se basó en la observación del efecto de la magnetita (un mineral de hierro magnético natural) en el hierro.
Las primeras investigaciones sobre el magnetismo se llevaron a cabo desde el siglo XVI, sin embargo, el desarrollo de imanes modernos de alta resistencia no se produjo hasta el siglo XX y es que antes de 1940, los imanes permanentes se utilizaban solo en aplicaciones básicas, como brújulas y generadores eléctricos llamados magnetos.
El desarrollo de imanes de Aluminio – Níquel – Cobalto (Alnico) permitió imanes permanentes para reemplazar los electroimanes en motores, generadores y altavoces.
La creación de imanes de samario-cobalto en la década de 1970 produjo imanes con el doble de densidad de energía magnética que cualquier imán previamente disponible. Los imanes más pequeños y potentes contribuyeron al desarrollo de muchos de los dispositivos electrónicos que compramos hoy en día.
A principios de la década de 1980, una mayor investigación sobre las propiedades magnéticas de los elementos de tierras raras condujo al descubrimiento de imanes de neodimio- hierro – boro (NdFeB). Los imanes NdFeB nuevamente condujeron a una duplicación de la energía magnética sobre los imanes convencionales.