Una de las intolerancias más comunes que sufren las personas es la intolerancia a la fructuosa y el sorbitol. Estas enfermedades se presentan a lo largo de la vida, siendo necesario que lleven un estilo de vida que evite determinados alimentos.
¿Qué es la fructosa y el sorbitol?
La fructosa es un monosacárido que se encuentra de forma natural en diversas frutas y en la miel y forma parte del azúcar que consumes en casa, compuesta por una molécula de glucosa y otra de fructosa.
Además, los diabéticos la utilizan como edulcorante por su alto dulzor y su bajo valor calórico en comparación con la glucosa.
Por su parte, el sorbitol es un poliol o alcohol de azúcar y, por tanto, otra posible fuente de fructosa, un edulcorante que se metaboliza en el organismo para formar fructosa.
El sorbitol se produce por reducción del monosacárido más común, la glucosa, mediante hidrogenación catalítica. Se encuentra en grandes cantidades en las algas rojas y junto con la fructosa, la glucosa y la sacarosa, en frutas como peras, manzanas, cerezas y melocotones.
En la industria alimentaria, el sorbitol se utiliza como edulcorante, espesante, humectante y antiaglomerante en diversos productos.
Mala absorción de fructurosa
La malabsorción de fructosa está causada por una deficiencia del transportador intestinal específico de fructosa, el GLUT5, una proteína que codifica un gen de la periferia de las células intestinales o enterocitos, cuya tarea es transportar fructosa desde el lumen del intestino delgado al intestino delgado.
Este transporte es facilitado, en función de la concentración de fructosa en la luz intestinal (ósmosis).
Sin embargo, el mecanismo de captación de la fructosa es más complejo e implica a otro transportador inespecífico, el GLUT2, compartido con la glucosa y la galactosa, que se localiza en la región basal del enterocito y cuya función es transportar la fructosa, la glucosa y la galactosa de la célula a la sangre.
Este transporte es pasivo, es decir, no requiere energía y depende de la concentración de glucosa en las células intestinales y en la sangre y de la secreción de insulina.
Los altos niveles de glucosa en la luz intestinal y por tanto, la estimulación de GLUT2 en las células intestinales, facilitan enormemente el transporte de fructosa.
Esto puede explicar por qué en presencia de glucosa, se absorben fácilmente grandes cantidades de fructosa, mientras que, en ausencia de glucosa, la absorción de fructosa se reduce significativamente hasta un 80-90%.
Con esto se puede por qué las personas intolerantes a la fructosa pueden consumir fácilmente sacarosa o azúcares convencionales, compuestos de glucosa y fructosa, ya que la mezcla de estas dos sustancias en la luz intestinal, y posteriormente en las células intestinales facilita enormemente la acción del transportador de fructosa.
Sin embargo, la mezcla con sorbitol inhibe la absorción de fructosa, ya que ambas sustancias compiten por el mismo transportador GLUT5.
Mala absorción del sorbitol
Al igual que ocurre con la malabsorción de fructosa, la mala absorción de sorbitol se debe a la falta de un transportador intestinal específico. Incluso las personas sin esta deficiencia únicamente pueden absorber una cantidad limitada de este azúcar, alrededor de 20 a 25 gramos, si se supera este límite, pueden desarrollar síntomas, aunque estén totalmente sanas.
Intolerancia a la fructuosa y sorbitol
La intolerancia a la fructosa es uno de los síntomas de esta mala absorción, ya que la fructosa no absorbida es transportada al colon, donde es fermentada por las bacterias intestinales, liberando gases como hidrógeno, dióxido de carbono y metano, así como ácidos grasos de cadena corta y agua.
La intolerancia al sorbitol es una afección asociada a la mala absorción del sorbitol, que es muy similar a la de la fructosa.
Tipos de intolerancia
Existen dos tipos principales de intolerancia, la primaria y la secundaria. La intolerancia primaria está causada por la deficiencia de una enzima transportadora y se cree que es hereditaria y se desarrolla a lo largo de la vida.
La intolerancia secundaria no es hereditaria y está causada por una enfermedad intestinal que provoca daños temporales, pero permanentes en la mucosa intestinal.
Se observa con frecuencia en gastroenteritis, sobrecrecimiento bacteriano, enfermedad inflamatoria intestinal, enteritis por radiación y enfermedad celíaca.
¿Qué alimentos debes eliminar o reducir si eres intolerante?
Existen varios alimentos que debes eliminar o añadir a la dieta si eres una persona intolerante a la fructuosa y al sorbitol. Los alimentos que debes eliminar de la dieta son los siguientes.
Frutas con alto contenido en fructosa
Las manzanas, las peras, las ciruelas, las cerezas, los melocotones, los albaricoques, las nectarinas y las lentejas no son adecuados para las personas intolerantes a la fructosa.
También deben evitarse las frutas secas, como los higos secos, las pasas sultanas, los albaricoques secos y los dátiles, y debe limitarse el consumo de mermeladas, especialmente las de frutas y el dulce de membrillo.
Chocolate y dulces
Los chocolates, la bollería, los zumos de frutas comerciales, los medicamentos con jarabe, los chicles o los caramelos de gelatina también suelen contener altos niveles de fructosa y sorbitol.
Verduras con alto contenido en fructosa
Las verduras con mayor contenido en fructosa son la remolacha, las zanahorias, las coles de Bruselas, las berenjenas, las cebollas, los espárragos, los pimientos, los tomates y el maíz, y deben evitarse en la dieta.